hola a todas y todos:
después de haber leído los relatos de ana maría rodas, aída toledo y ruth piedrasanta, sobre la mujer como subalterna, vamos a dar un giro completo.
a propuesta de angélica, la nueva lectora, leeremos algo un tanto "light", me parece, pero que podría ser divertido.
POR QUÉ LOS HOMBRES SE CASAN CON LAS CABRONAS
de SHERRY ARGOV
martes 6 de mayo, 13:00 horas, salón multimedia
que estén bien
ana
Sherry Argov, la autora del best seller internacional Why Men Marry Bitches, que acaba de editarse en español con el impublicable título Por qué los hombres se casan con las cabronas —aclaramos, esta palabra en el libro tiene otro significado— dice tener la respuesta a esta angustiosa interrogante de tantas mujeres. Es sencillo: los hombres, explica, no buscan una mujer dócil y complaciente, sino un reto; alguien que les haga sentir que, si logran conseguirla, han obtenido el premio mayor.
¿A qué se debe esto? Es una cuestión de ego y biología. El ser humano promedio —no solamente el hombre— valora lo que es difícil sobre lo que puede obtener fácilmente. Conseguir algo remoto, casi imposible de alcanzar, nos da la satisfacción de pensar que somos especiales o, por lo menos, superiores a esas otras personas que no lograron obtenerlo. Esto es, al fin y al cabo, lo que hay detrás de toda competencia, desde las olimpiadas hasta los premios Oscars: el trofeo va —se supone— al mejor.
Por el contrario, lo que se obtiene con facilidad simplemente nos demuestra que somos 'uno más, del montón'. Incluso se estima que esta necesidad de ser el mejor podría ser un rasgo biológico del ser humano, ya que estamos programados —principalmente el hombre— para vencer obstáculos. Entonces, cuando un hombre obtiene una mujer 'trofeo', se siente un ser superior. Y es en este punto que, según Argov, las cosas se ponen interesantes... Un chiste 'solo para mujeres'
Por el título de esta obra, muchos se forman una imagen de la clase de mujer a la que Argov se refiere: una 'princesa' engreída, petulante, abusiva y manipuladora, que usa el glamour de lo inalcanzable para atrapar a pobres incautos. Pero... ojo: en realidad, el título es un chiste 'solo para mujeres'. En la introducción del libro, Argov escribe:'Cuando uso la palabra cabrona, la mujer que estoy describiendo no es cruel ni ruin. El término es satírico... Lo uso para describir a una mujer fuerte, que tiene identidad propia y está segura de quién es. Tiene claro lo que acepta y lo que no.
Se distanciará si siente el menor soplo de una falta de respeto,
y esto la hace más emocionante para un hombre, no menos'. El mensaje de Argov en su libro es claro y sin rodeos: la mujer que echa a un lado sus intereses, sus gustos y su personalidad; la que permite que la pongan en segundo plano y acepta faltas de respeto en nombre de la relación, resulta 'fácil' (no en el sentido sexual) y, por ello, es menos atractiva para los hombres. Esto es lo que dice Roberto, de 36 años:'No quiero estar al lado de una mujer despersonalizada, que se echa a un lado por un hombre. Eso me dice que 'algo' le falta; que ella siente que su meta es casarse o tener una pareja, porque necesita llenar algún vacío'. La moraleja de esta historia: los hombres desean una mujer segura de sí misma, que se valora y sabe hacer respetar sus derechos. Lo que aún hoy día muchos hombres —y algunas mujeres— consideran una cabrona. Y esto nos lleva a la segunda gran revelación del libro de Argov.
Después de entrevistar a muchos hombres, quienes hablaron con ella 'a calzón quitao', la autora llegó a esta conclusión: los hombres no son alérgicos al compromiso ni al matrimonio; lo que sucede, explica, es que huyen de la mujer que proyecta una necesidad imperiosa de casarse. 'Cuando una mujer actúa como si se 'mereciera' una relación, un compromiso o el matrimonio, hace que él huya en la dirección contraria', explica la autora. ¿Quiere esto decir que es preciso fabricar una imagen de mujer distante e independiente para atraer su atención? ¿Hay que mantener esa fachada todo el tiempo, para mantenerlo interesado? ¿No es todo esto demasiado... artificial? No, de acuerdo con las defensoras de esta teoría de romance. Los atributos positivos de una cabrona no son un artificio, sino una meta alcanzable. El problema para muchas mujeres es que han sido tan acondicionadas por la sociedad para ceder, complacer y adaptarse en nombre del amor, que no están conscientes de las señales que envían. Por lo mismo, Argov ofrece 77 principios para la mujer, que ella puede adoptar —y adaptar— según su caso. Estos la ayudan a proyectarse y, con el tiempo y la práctica, a convertirse en toda una cabrona.
http://www.esmas.com/vanidades/notas/712349.html