Queridos lectores: El siguiente fragmento es extraído del libro "Como una novela" de Daniel Pennac. Pienso que vale la pena. Allí les va. "¿A qué parte de mi distribución del tiempo quitar esa hora de lectura diaria? ¿A los amigos? ¿A la tele? ¿A las veladas familiares? ¿A los deberes?¿De dónde sacar el tiempo para leer? Grave problema.Que no lo es. Desde el momento en que se plantea el problema del tiempo para leer, es que no se tienen ganas. Pues, visto con detenimiento, nadie tiene jamás tiempo para leer. Ni los pequeños, ni los mayores. La vida es un obstáculo permanente para la lectura. -¿Leer? Ya me gustaría, pero los niños, la casa, no tengo tiempo...-¡Cómo le envidio que tenga tiempo para leer!¿Y por qué ella que trabaja, hace las compras, educa a los niños, conduce el coche, ama a tres hombres, visita al dentista, se muda la semana próxima, encuentra tiempo para leer y ese casto rentista soltero no? El tiempo para leer siempre es tiempo robado. (Al igual que el tiempo para escribir, por otra parte, o el tiempo para amar.)¿Robado a qué? Digamos que al deber de vivir.El tiempo para leer, al igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo de vivir. Si tuviéramos que considerar el amor desde el punto de vista de nuestra distribución del tiempo, ¿qué arriesgaríamos? ¿Quién tiene tiempo de estar enamorado? ¿Se ha visto alguna vez, sin embargo, que un enamorado no encontrara tiempo para amar? Yo jamás he tenido tiempo para leer, pero nada, jamás, ha podido impedirme que acabara una novela que amaba.La lectura no depende de la organización del tiempo social, es, como el amor, una manera de ser.El problema no está en saber, si tengo tiempo de leer o no (tiempo que nadie además me dará), sino en si me regalo o no la dicha de ser lector." |