DIEZ COLORES NUEVOS

Este es nuestro primer libro de poesía, un libro "de lujo". La poesía de Otto Raúl González tiene una fuerza que trasciende épocas y ciclos vitales. Armando Rivera, director de Letra Negra, nos acompañará para hablarnos sobre la vida y obra del poeta.

miércoles 12 de septiembre 2007
salón multimeda, T-11, tercer nivel, Fac CCQQ y Farmacia, USAC
12:50 p.m.

Cada página de esta galería de arte exhibe un lienzo elaborado con nuevos colores. Más allá de los tradicionales azul, amarillo, rojo y verde, Otto-Raúl González nos inunda con un tsunami de tonalidades primigenias y desconocidas. Su pincel se sumerge en los arrecifes más profundos, en los tintes de la lluvia y de lo inmaterial, gira lentamente, mezcla y humecta los pigmentos con el líquido de sus ideas, hasta obtener el color de las flores invisibles, de la sonrisa embrionaria, el color de los sonidos y del silencio. En su paleta propone diez colores; sin embargo, la gama del poeta es más extensa. Cada uno de nosotros encontrará su propio color, el color de su primer triunfo, el color de su primera letra, el de sus pesadillas, el de su infancia y quizá el de su vejez. El prisma de Otto-Raúl refracta los colores de la semilla y la ceniza, refleja las hecatombes y la ausencia, el color de la poesía hecha música, el color de la suerte y la locura. ¿Sabe usted cuál es el color de los olores y de los recuerdos, o “el color del séptimo sol de Capella”? Anadrio, enirio, tuang, aíf, son algunos de estos colores nuevos. Difumine usted los suyos, siga las huellas del poeta y encuentre el color de la libertad, el color de lo fugaz y de lo eterno.

Ana Fortuny



TUANG

Y son de color tuang las mariposas
que parpadean sobre el ombligo
de las guitarras…

Tuang es el color de los viajes
imprevistos
a desconocidas tierras
y a ignotos mundos.

Tuang es el color de las enredaderas
que escalan los muros
de la casa del viento.

Tuang es el color del estanque
en donde nos gustaría meter la mano
como quien no quiere la cosa
para olvidarnos del estanque,
de nosotros mismos
y de la mano inmersa.

El color de cuando todo va muy bien
y hemos matado las penas una a una
y nos sentimos como el espejo del charco
que en la tarde (él solito) contiene
toda la inmensidad del cielo.

Todo lo inesperadamente maravilloso
es tuang…

Mil estrellas juntas,
una sola flor en el desierto,
el hilo del agua para la sed,
el pan siempre,
la felicidad.


Otto Raúl González (Fragmento de: Diez colores nuevos)